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La batalla política que viene

El aniversario del Partido Revolucionario Institucional, celebrado apenas este fin de semana, me hace recordar que hace sólo 27 años la totalidad de los 32 estados de México estaban gobernados por el PRI, y apenas en el año 2000 el tricolor perdió por primera vez la Presidencia de la República.

En 2017 tiene su número más bajo de gobiernos locales en su historia (15), y ya solo en entidades como el Estado de México, Hidalgo, Coahuila, Campeche y Colima no ha habido alternancia política con otro partido.

Los tres principales partidos políticos (PRI, PAN y PRD) perdieron el año pasado casi 3.7 millones de votos, que explican el crecimiento de MORENA, cuyo porcentaje nacional ronda el 10% nacional sin la figura de su líder Andrés Manuel López Obrador, pero que puede acercarse al 30 % cuando él esté en las en las boletas electorales.

Lo anterior ha prendido los focos rojos en el resto del electorado (o sea por lo menos las dos terceras partes que no votarían por el tabasqueño) por lo que los otros precandidatos empiezan a moverse para no dejarlo adelantarse más, aunque muchos opinen que al hacerlo provocan justamente lo contrario.

En el PAN, el crecimiento de su presidente Ricardo Anaya después de las elecciones de 2016 lo ha proyectado, por lo que Margarita Zavala está relanzando su precampaña.  Ello incluye una participación DIRECTA de su esposo Felipe Calderón, quien –en un claro acto político para buscar simpatías electorales- donó su pensión de expresidente a una asociación que lucha contra el cáncer.

El propósito es claro, y el expresidente Calderón seguirá haciendo lo posible para apoyar políticamente a su esposa, quien ha dicho que “es la única que puede vencer a López Obrador” (no pocos creen que tiene razón en decirlo)

Incluso, parece que la estrategia de su donación funcionó.  López Obrador respondió y se enfrascó en una discusión pública con Felipe Calderón, quien lo provocó al recordarle que está obsesionado por haber perdido con él la elección presidencial del 2006 en los comicios más reñidos de la historia de México, con una diferencia de menos de 0.5 por ciento entre ambos contendientes.

Tanto en la campaña interna del PAN que defina a su candidato entre Zavala de Calderón, Ricardo Anaya o Rafael Moreno Valle, la participación del expresidente para regresar a Los Pinos será cada vez mayor (de hecho ya lo vimos publicando una foto en Twitter comprando víveres en un supermercado como un ciudadano común y corriente)

Si bien los negativos de Calderón son muchos, sobre todo por su guerra contra el narcotráfico que arrojó miles de muertos en su gobierno, es obvio que tratará de aprovechar sus positivos para impulsar la candidatura de su esposa y así ganar terreno.

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Sin embargo, la propia lucha política lo mantendrá en situación expuesta y vulnerable, tanto por sus enemigos tradicionales (López Obrador el primero de ellos), como los que ahora serán los adversarios de su esposa Margarita, tanto dentro como fuera del PAN.

Un ejemplo de lo anterior es la información apenas surgida este 2 de marzo, un reportaje de los periodistas Raúl Olmos y Daniel Lizárraga, que involucra a Felipe Calderón en el escándalo Odebrecht.  Según el texto difundido por la organización “Mexicanos contra la Corrupción” y la revista “Proceso”, una de las evidencias que involucra a México en las investigaciones brasileñas, es un correo electrónico que mostraría gestiones de mismísimo Lula da Silva con su homólogo mexicano, como parte de su estrategia de negocios en Pemex.

Claramente es una respuesta política al activismo electoral de Calderón a favor de su esposa.  Y así será de aquí en adelante para el expresidente y para la precandidata panista.

En el PRI no hay nada claro.  Osorio Chong enfrenta problemas diarios en su responsabilidad de política interior y seguridad, mientras que el canciller Luis Videgaray enfrenta los vaivenes de Trump. Se ha mencionado que un as bajo la manga puede ser el Secretario de Salud, José Narro, quien fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de México y a quien no asocian con el rechazo popular al partido actualmente en el poder.

Y finalmente, la tragedia del PRD, donde hasta el líder de su bancada en el Senado ya se pronunció a favor del candidato de MORENA, en una especie de desbandada que ha convertido al partido del sol azteca en un cascarón, a partir de que lo dejaron sus principales caudillos de su existencia: Cuauhtémoc Cárdenas y el propio Andrés Manuel López Obrador.

En fin. La lucha política apenas inicia.  Los candidatos que competirán contra López Obrador deberán quedar definidos antes de que termine 2017, para llegar a la que será un complejo proceso electoral, el primer domingo de junio de 2018.