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DESDE ACÁ… De la indignación virtual a la toma de las calles

Enojo y una profunda indignación ha causado en términos generales los constantes desvaríos del presidente estadounidense número 45, Donald Trump.

Tanto que por casi dos semanas ha provocado ver banderas tricolores o escudos nacionales como si fuera septiembre, principalmente en redes sociales, lugar que ha usado como ring para pelear una y otra vez con nuestro país y todo lo mexicano.

Cómo no indignarse cuando además vives en una entidad de muy alto índice de intensidad migratoria como Oaxaca, donde cinco de cada 10 familias reciben remesas de acuerdo a estadísticas del Conapo 2014, y por tanto vecinos, amigos y familiares te cuentan y viven historias de esfuerzo, trabajo y un profundo dolor por abandonar su tierra y su vida, para irse en búsqueda de la muerte o de una mejor vida.

Como un cuento, Marcelino relata que se fue desde hace 30 años a trabajar como “mojado” a la Unión Americana, sin papeles, pero ya en la frontera, sueña una noche a la virgen de Guadalupe. Asegura que la vio tan real, que creyó lo que le dijo: “vas a volver cuando tu quieras, yo te protegeré”, y con estas palabras, ha ido y venido a su tierra todos estos años.

Ha logrado con sus ahorros hacerse de un patrimonio, construyó unos cuartos que renta muy cerca de la capital oaxaqueña y no se queda en Estados Unidos. Nunca quiso tramitar sus papeles porque él siempre quiere regresar. Es uno de los miles de casos de migrantes que van y vienen, que han pasado la frontera sorteando desiertos, bardas, túneles y hasta aviones. Se van, pero como él muchos anhelan regresar. Cómo no enojarse cuando uno conoce a estos migrantes trabajadores y no violadores ni narcotraficantes, que han visto morir  ahogados, asfixiados, heridos por picaduras venenosas, a sus paisanos y paisanas por querer un trabajo digno, en un caudaloso río o en pleno desierto en territorio binacional.

A pesar de tanto enojo nacional, ni el gobierno federal, ni los estatales o municipales, ni tampoco otras instituciones como las iglesias, las  universidades y menos los partidos políticos han logrado canalizar este malestar común.

Unos y unas propusieron usar o no las banderas, que sí usas el lábaro patrio es apoyar a Enrique Peña Nieto o al PRI, que mejor escudos para ser imparcial, que es una cortina de humo para olvidarnos del gasolinazo, así hemos visto esfuerzos aislados, fugaces y dispersos. Porque efectivamente ni los gobernantes ni la llamada clase política han logrado contar con la confianza y la credibilidad que les permita alzar la voz a nombre de un país y menos encabezar acciones comunes.

Por eso, al ver cómo en Estados Unidos salen mujeres, artistas, políticos y activistas a defender los derechos de otros en contra de su propio presidente, hace pensar sí en México el coraje se expresará de forma unánime en esta ocasión. El gasolinazo ya había levantado a varias ciudades, principalmente en el Norte de México (Mexicali,Tijuana y Juárez, algunos ejemplos), pero aun no del calibre que impone cambios urgentes e inmediatos, a quienes se supone son los empleados del pueblo y que deben acatar lo que sus pueblos demandan: los gobernantes.

Por eso, es de mencionarse que organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas y asociaciones empresariales, convocan a dos marchas, una denominada Vibra México y otra Mexicanos Unidos, esta última no dice en sus anuncios quien la coordina, hasta el momento, pero llaman a reunirse a partir de las 14:00 horas en el Angel de la Independencia.

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En la primera, las organizaciones integradas en el movimiento denominado “Vibra México”, se exhorta este12 de febrero a una marcha ciudadana -pacífica- “por el respeto y la defensa de nuestro país, ante las amenazas del gobierno de Donald Trump”, quien en apenas dos semanas ha sido desaprobado por el 53% de la ciudadanía estadounidense, de acuerdo a una encuesta realizada por la televisora CNN.

De acuerdo al sitio vibramexico.com.mx la movilización – convocada a las 12:00 hrs, y que saldrá del Auditorio Nacional al Ángel de la Independencia, en la Ciudad de México- “busca hacer un llamado a la unidad nacional y a una exigencia para que el Gobierno – Federal – defienda los derechos de los mexicanos dentro y fuera del país”.

Y como parte de las actividades programadas se espera entonar el Himno Nacional, a unos pasos de donde se ubica la sede de la embajada de Estados Unidos.

La misma convocatoria invita a que se replique esta marcha en los lugares más emblemáticos de todas las ciudades del país, “con la demanda de anteponer los intereses de los mexicanos en toda negociación con el gobierno norteamericano y exigir al gobierno de México evitar la simulación y asumir acciones concretas e inmediatas para combatir la pobreza, la desigualdad, la corrupción y la impunidad”.

Entre las organizaciones que la organizan se encuentran Mexicanos Primero, Artículo 19, Causa en Común, la Central Campesina Cardenista, el Centro de Estudios Espinosa Iglesias, Cencos, El Centro de Investigación y Docencia Económicas, Colegio de México, Coparmex, Impunidad Cero y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Universidad Autónoma de México, Universidad Del Valle de México, la UNAM, la Unitec y el Instituto Politécnico Nacional.

Hay también quienes se quejan de todo, pero que no hacen nada, esta puede ser una buena oportunidad para hacer algo mas que colocar banderitas que tampoco gustan, la apuesta es grande porque se reflejará el tamaño de la indignación que a veces se vuelve apatía, pero también raya en la negligencia, en la omisión, en la simulación y en el desinterés. Ya hay quien descalifica ambas marchas porque consideran que el problema no es Trump sino Enrique Peña Nieto.

Veremos si el malestar nacional en vez de hacerse viral pasa a las acciones concretas. Porque hay quienes también pretenden encabezar esta lucha, haciendo desde ahora campañas en Estados Unidos, con vistas al 2018, hay de todos los partidos, anunciando protestas y haciendo promoción en la Unión Americana, ¿eso sí se vale, eso sí es patriótico?.

Y si antes de que se vayan se les manda una señal de que hasta no ver acciones reales no habrá venta de votos. Estas movilizaciones pueden ser un respaldo, frente al peor negociador de la historia, Donald Trump, porque si las expectativas se cumplen, el Gobierno mexicano puede decirle al presidente 45 que no puede negociar nada sabiendo que hay un pueblo, un gran pueblo mexicano que no permitirá que una vez más lo engañen y que él no es Santa Ana que venderá a la patria porque se las verá con México.