El Grupo Apoyo Latino de la Fundación del SIDA de San Francisco ofrece un santuario para los cientos de personas de países de habla hispana que requieren apoyo para enfrentar el VIH.
“Muchas veces, latinos y latinas que viven en San Francisco de otros países necesitan asistencia adicional para romper las barreras estructurales y de ambiente relacionadas con el estatus migratorio, temas legales o navegar el sistema de salud y de detección y prevención de VIH”, explicó al director del programa Jorge Zepeda.
“Nosotros ayudamos a clientes a diversos temas como aplicar para obtener servicios sociales, encontrar vivienda, acceder a beneficios y cambiar su estatus migratorio”.
En el 2016, el programa atendió alrededor de 300 personas -cuyos rangos de edad van de los 3 años a los 70, según información de un comunicado emitido por el Grupo.
“Además, el programa realizó más de 30 talleres sobre temas legales, conectar clientes con riesgo de VIH al PrEP y ayudar a clientes que viven con VIH a no dejar sus medicamentos y manten la supresión viral.
“Más de la mitad de los clientes en Apoyo Latino tiene ingresos menos a los 300 dólares mensuales, por lo que los servicios gratutios que forece la fundación son vitales.
“Cuando yo estoy en la fundación siento paz y no siento dolor. Me siento seguro”, dijo uno de los participantes del programa.
“La fundación es mi hogar, no necesito beber porque ya no siento ningún dolor. En cambio, siento dicha cuando veo a mi comunidad de la fundación. No me siento como un monstruo o como un loco cuando estoy en los Grupos Latinos. Me siento feliz y en paz”
Latino Programs celebra y promueve la diversidad, dijo Zepeda.
“Culturamente, nosotros somos un grupo diverso, con raídes en muchos países y partes del mundo. Latino Programs le da a las personas, que probablemente fue separada de sus amigos y familia, la posibilidad de tener amigos y apoyo. Ayuda a que las personas se sientan parte de un todo”.
Otro cliente de Apoyo Latino explicó como el programa le ayudó luego de que lo diagnosticaron con VIH.
“Me diagnosticaron hace un año y medio, y no creí en los resultados. No me sentía enfermo y los ignoré. Hace un par de meses terminé muy enfermo, sin posibilidades de trabajar y durmiendo en la calle. Sin embargo, la fundación salvó mi vida. Confío en cada uno de quienes trabajan ahí, son muy buenas personas me han ayudado a tener mis medicamentos y un hogar seguro para personas en situación de calle”, dijo otro participante.
