Por primera vez en la historia del llamado “teatro penitenciario” en México, 17 actrices-internas del Centro de Reinserción Social Femenil “Santa Martha Acatitla”, y 87 actores-internos del Reclusorio Varonil Oriente salieron de prisión para dar Un grito de libertad, una adaptación libre del musical El hombre de la Mancha de Dale Wasserman con motivo de las celebraciones del centenario del Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris” de la Ciudad de México.
El director de la puesta en escena Arturo Morell, presidente de la Fundación Voz de Libertad y Premio Nacional por la Igualdad y No Discriminación 2017, ha llevado esta “experiencia de vida” a más de 5 mil personas privadas de libertad no solo de la Ciudad de México, sino de centros de reinserción social de Morelos, Tlaxcala y Querétaro, donde más de 100 mil espectadores han sido testigos de este proyecto de transformación social.
La presentación de Un grito de Libertad en el escenario del Teatro “Esperanza Iris” fue inédita. El operativo de seguridad movilizó a miembros de las fuerzas de traslado especial de la Sub Secretaría del Sistema Penitenciario y a policías de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México que funcionaron como “panópticos” o como torres de vigilancia para garantizar la seguridad del recinto, de los actores, actrices, músicos, espectadores, y… para recordarnos en todo momento que era teatro hecho en prisión sacado momentáneamente al espacio público. El esfuerzo fue avalado por la Sub Secretaría del Sistema Penitenciario y la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.
Si bien otras compañías de teatro intramuros como la Compañía de Teatro Penitenciario “El Mago”, de la Penitenciaría de la Ciudad de México, y grupos de música como la Bing Band Oriental Palace, del Reclusorio Oriente, han salido momentáneamente de reclusión a dar funciones especiales en recintos culturales independientes como el Foro Shakespeare AC o dependientes de las instituciones como es el “Esperanza Iris”, esta es la primera vez que la movilización fue multitudinaria. De acuerdo con Arturo Morell esta es la compañía de teatro conformada por actrices y actores en reclusión, más numerosa de México y el extranjero.
El proyecto de intervención cultural que en 2004 comenzó el director Arturo Morell busca cambiar la energía negativa –generada en reclusión– en positiva, mediante el canto, el baile, la actuación, la danza aérea, la meditación, y la reflexión sobre los valores humanos que se necesitan reforzar para conectar las almas. Entre las técnicas para experimentar el “aquí y el ahora”, entender cómo es posible la reconciliación y el perdón, y generar amor a la vida, se encuentran el Ho’ ponopono y la sabiduría Kabbalah.
La actriz-interna que protagonizó el personaje de Aldonza Lorenzo, la Dulcinea del Toboso, expresó agradecimiento a las autoridades que confiaron y permitieron la salida de la Compañía, y enfatizó que Arturo Morell “nos trata como lo que somos: personas, y no presos como nos llama la sociedad”.
En respuesta, el director Arturo Morell explicó que “esta Compañía de seres humanos hace que uno recobre la fe en que México será el país que merecemos porque México en estos momentos está pasando por momentos difíciles. La gente dice que en las cárceles hay mucha basura y suciedad, pero vean los rostros y las transformaciones (que provoca el teatro). Es un privilegio para mí”.
De acuerdo con datos biográficos, Miguel de Cervantes Saavedra estuvo en prisión por delitos fiscales, y cuentan que desde ahí escribió El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, la obra literaria más importante en lengua española. A partir de ese hecho histórico, Dale Wasserman escribió la obra El hombre de la Mancha que fue adaptada por Arturo Morell y transformada en Un grito de libertad.
Un grito de libertad llama a repensar lo que significa ser libre y da testimonio de la importancia que tiene el acceso a los derechos culturales y a la educación para transformar la vida, y para mostrar el talento de las personas en cualquier contexto.