Ana Laura, Gustavo, Alejandro, Eleazar y Diego llegaron a la Ciudad de México sin conocerse, pero con mucho en común: los cinco habían trabajado “sin papeles” en algún rincón de los Estados Unidos en los años previos. Y un día, sin más, fueron deportados perdiendo en un abrir y cerrar de ojos su casa, familia y empleo.
Les tocó llegar a la Ciudad de México en uno de los vuelos comerciales que aterrizan semanalmente con deportados. Tenían que empezar nuevamente desde cero pero, en su caso, eligieron no buscar empleo, sino ser emprendedores.
Albergue y taller de serigrafía
Se conocieron en las oficinas en las que los migrantes repatriados tienen que realizar trámites y en algunos eventos, y un día decidieron crear el colectivo Deportados Unidos en la Lucha (DUL). Su misión: ofrecer a otros paisanos la ayuda que hubieran deseado recibir cuando llegaron a México sin nada.
Así, miembros de DUL -equipo que se ha ido ajustando un poco con el tiempo- van cada semana al aeropuerto a recibir deportados para ofrecerles asesoría, un teléfono desde el cual llamar a sus familias, o para proveerles techo y comida durante algunos días.
Pero para vivir y comer, y para continuar esta labor social hay que trabajar. Y DUL decidió crear Deportados Brand, un taller de serigrafía que se especializa en la impresión de camisetas y tazas con diseños y leyendas vinculadas a la migración.
Deportados Brand opera desde el 2017 en un local que le fue prestado al colectivo DUL en la colonia Santa María la Ribera de la capital mexicana. Pero deben entregarlo este verano y se quedarán nuevamente sin un lugar para trabajar y sin uno de los pocos albergues que existen en la Ciudad de México para los deportados de EEUU.
¿Tienes un local libre?
“El taller en el que estamos ahora inició operaciones en mayo del 2017. Nos lo prestaron tras una entrevista que me hicieron en la radio, hablamos de nuestro proyecto y de la dificultad que teníamos los deportados para rentar. Primero, por el costo de los alquileres. Segundo, porque no era fácil para nosotros cumplir con requisitos como tener un aval o presentar comprobantes de ingresos”, recuerda Ana Laura López, fundadora de DUL.
“El dueño del local nos ofreció prestárnoslo y nos puso como condición que lo arregláramos, porque estaba muy dañado. Aceptamos el acuerdo. Con donativos en especie y la mano de obra de mis compañeros, hicimos que quedara bien. Dispusimos de un espacio de trabajo y para el albergue, pero hay que devolverlo en julio”, dice.
Actualmente trabajan seis personas en este espacio y duermen dos.
Por eso, si estás leyendo estoy y tienes un local disponible en la Ciudad de México que pueda ayudar a DUL -o conoces a alguien que lo tenga-, puedes contactar con ellos al siguiente correo electrónico: deportadosunidosenlalucha@gmail.com.
DUL intentará encontrar algún nuevo local, preferentemente cerca de la zona centro de la CDMX, porque es en esta área donde los migrantes deportados tienen que realizar los primeros trámites ante el gobierno tras su repatriación.
Aportaciones en especie y efectivo
Deportados Brand genera empleo para varias personas y actualmente está cuidando también de Salvador, un mexicano que fue deportado en abril tras vivir 48 años en Estados Unidos. Su caso es particular porque padece una enfermedad que lo tiene en silla de ruedas de forma permanente.
DUL está financiando sus gastos cotidianos y su atención médica.
Si quieres realizar una aportación para que el taller de serigrafía y el albergue sigan adelante, con fondos que permitirían financiar el depósito y el arranque del nuevo local, también puedes escribir a deportadosunidosenlalucha@gmail.com, o puedes participar directamente apoyando los gastos de Salvador -quien no tiene familiares en México- sumando fondos al siguiente proyecto https://fundly.com/support-for-salvador .
Recuerda, no hay ayuda pequeña. ***
