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EL VERDADERO NORTE… Periodismo bajo terror

Periodismo bajo terror – Los corresponsales de la CBC (Canada Broadcast Corporation) asignados a coberturas en zonas de guerra reciben talleres para manejar el Síndrome Post Traumático ante posibles secuelas derivadas de sus experiencias. En la más reciente sesión, México fue un ejemplo de las daños psicológicos y emocionales que sufren los reporteros que cubren temas relacionados con el narcotráfico cuando no es que pagan con su propia vida ejercer la profesión. Tan solo este año, seis periodistas han sido asesinados en nuestro país.

El veterano reportero Paul Hunter (@paulhunterbc) quien fue enviado a los conflictos bélicos en Israel y Afganistán, nos confió que en la reunión se expuso que uno de los métodos más efectivos que han encontrado los grupos criminales para inhibir que los reporteros publiquen sus trabajos es extender las amenazas de muerte a sus familias y seres queridos.

El efecto de estas intimidaciones es emocionalmente desgarrador desde el punto de vista de los expertos y el mismo Hunter nos confesó no saber cómo reaccionaría si estuviera en esa situación. “No tengo respuesta y ésta respuesta es aterradora.” Compartió que cuando fue reportero de guerra siempre tuvo “ciertas garantías” pero ante todo la certeza de “volver a casa” y dejar el área de conflicto. Sin embargo, reconoce que los reporteros mexicanos permanecen en el mismo lugar donde son amenazados. Habría que añadir que en México, a diferencia de las zonas de guerra, los periodistas se están convirtiendo en los objetivos y no en víctimas colaterales del enfrentamiento entre dos bandos.

Para los canadienses esa realidad es inaceptable e inimaginable. No obstante, hay un reportero mexicano en estas latitudes que vive para contar su propia experiencia, denunciar los agravios contra la prensa y los riesgos de ejercer el periodismo en México. Su nombre es Luis Nájera (@Najera13) un sobreviviente del régimen de terror instaurado por el crimen organizado en el estado de Chihuahua. Llegó a Canadá en 2008 después de ser amenazado de muerte cuando documentaba las atrocidades de los carteles de la droga, sus vínculos con autoridades y las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos por parte del Ejército en sus operativos contra el narcotráfico para el periódico “Reforma”. Una fuente dentro de la policía le dijo que estaba en la lista y era mejor que se pusiera a salvo. Sin pensarlo y sin querer averiguar más, él y su familia salieron del país y llegaron a Vancouver, donde pidieron refugio. El reportero mexicano fue acogido por la ley canadiense ya que su caso cumplía con tres criterios:
formaba parte de un grupo social sujeto a persecución; su vida corría peligro aún cambiando de residencia a otro estado del país y el último y más grave: el Estado Mexicano era incapaz de darle garantías a él y a su familia

Ahora en Toronto, Luis lamenta profundamente cuando otro colega es asesinado en México. Conoció a Miroslava Breach y otros 8 reporteros con los que convivió han sido ejecutados desde que él salió del país.

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Actualmente gracias a la organización PEN Canadá realiza una residencia para escritores en el Colegio George Brown, nombrado así en honor al periodista canadiense fundador del periódico The Globe and Mail, el más influyente del país. También ofrece conferencias en Canadá y otros países para hacer conciencia sobre lo que acontece en su tierra.

En solidaridad con lo que ocurre en México, PEN Canadá proyecta actualizar el informe “Corrupción, Impunidad, Silencio: La Guerra contra los Periodistas Mexicanos” que elaboró en 2011. Por lo pronto, se ha sumado a campañas como “Nuestra voz es nuestra fuerza” dedicada a Javier Valdez. También se unió a la condena internacional por el espionaje a periodistas descubierto a partir de una investigación realizada por el Citizen Lab de la Universidad de Toronto.

Para el periodista Paul Hunter, quien además cubrió al Presidente Barack Obama y tragedias como el terremoto de Haití o el tsunami de Japón, lo que pasa con los periodistas en México es ofensivo, sobretodo, por la incapacidad del Gobierno para garantizar su trabajo. Para él no queda más que respetar y aplaudir a quienes, a pesar de todo, se mantienen cubriendo este tipo de historias para informar a la sociedad, ya que el rol de los periodistas es clave en una democracia y su labor tiene el poder de generar un cambio.