Luego de que Donald Trump llamara, en tono de sorna, “Pocahontas” a la Senadora demócrata Elizabeth Warren, por sus orígenes indígenas, las familias de los veteranos de guerra navajos que fueron honrados ayer en la Casa Blanca se quedaron estupefactos, pero además se indignaron de que el Presidente de Estados Unidos usara ese evento para asestar un golpe político a la Senadora de Massachusetts, degradando con su comentario a los indígenas que ayudaron a EU a ganar la Segunda Guerra Mundial.
Trump recurrió al apodo que usualmente desplegaba para la Senadora demócrata Elizabeth Warren durante su campaña presidencial de 2016: “Pocahontas”, luego le dijo a los representantes Habladores del Código Navajo que estaban presentes en el escenario que tenía cariño por ellos, pero no por Warren.
El Presidente hizo el comentario al pie de un retrato del Presidente Andrew Jackson, que colgó en la Oficina Oval en enero. Trump admira el populismo de Jackson, pero Jackson era una figura impopular en el llamado Indian Country porque sus políticas llevaron a la expulsión forzada de los indios americanos de sus países de origen en el sur, publicó la agencia de noticias AP.
La Nación Navajo expuso que el comentario de Trump fue un ejemplo de “insensibilidad cultural” y resolvió mantenerse al margen de la “disputa constante entre la Senadora y el Presidente Trump”.
“Todas las naciones tribales todavía luchan contra referencias insensibles a nuestra gente. El prejuicio al que se enfrentan los pueblos indígenas es un desafortunado legado histórico “, dijo el Presidente de la Nación Navajo, Russell Begaye, en un comunicado.
Aun así, Begaye y familiares de Navajo Code Talkers dijeron que les honra la historia de que los hombres reclutados en la vasta reserva de Southwest se conviertan en marines que podrían desarrollarse en un escenario nacional.
